¿No sabes doblar la ropa?
Hasta hoy, podía decir a boca llena ¡NO SE DOBLAR LA ROPA! y me quedaba tan ancho.
Pero ya no tengo excusas. Todo por culpa de este personaje que se aburría mucho en casa, e inventó con un poco de imaginación, con solo tres cartones y un poco celo, un práctico utensilio, para doblar la ropa, con menos tiempo y esfuerzo.
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